Base Bíblica.- Mateo 5:1-12.
Texto para memorizar.- Mateo 5:8. Bienaventurados los de limpio corazón,
porque ellos verán a Dios.
Introducción:
vamos a repasar las cuatro cosas que son las bienaventuranzas.
1. Un
código de ética y norma de conducta para el creyente.
2. Un
contraste entre los valores de Dios (eternos) contra los valores mundanos
(temporales)
3. Las
expectativas del Antiguo Testamento
cumplidas en el nuevo Testamento.
4. Un
contraste entre la fe superficial de los religiosos contra la fe verdadera de
los hijos de Dios.
O.T. Ahora veremos la bienaventuranza del examen de conciencia.
VI.- Versículo 8. Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán
a Dios.
A).- la palabra griega para limpio es “Katharos” y tiene varios
significados para nuestro castellano:
Se refería a la ropa sucia que se
lavaba para que dejara de estar sucia.
Se aplicaba también al trigo que
se aventaba al aire para que se le separen todas las impurezas.
Se aplica sobre los soldados
despedidos del ejército para tener puros soldados leales y honestos.
Se aplica al vino si adulterar
con ninguna clase de fermentador. (El
buen vino del que habla la escritura.)
Entonces entendemos que la
palabra limpio significa: Sin mezcla.
Así debe ser el corazón delante de Dios, sin Mezcla.
B).-Todo lo que realizamos por el bien del prójimo debe estar
limpio de buscar provecho personal, reconocimientos, fama, heroísmo.
C).-Esta bienaventuranza exige por lo tanto, el más severo examen
de conciencia. ¿Hacemos muestro bien por motivos totalmente incondicionales, o buscamos
la aprobación por lo menos de nuestra propia conciencia? ¿Lo que hacemos en la iglesia
es para el Señor o para nuestro propio prestigio? ¿Nuestras piadosas devociones
son para glorificar a Dios o solo por costumbre? ¿Lo hacemos para tener comunión
con Dios o para sentir satisfacción en nuestro espíritu? ¿Cultivamos una vida
de rectitud moral por agradar a Dios o
por evitar remordimientos de conciencia?
Al realizar un autoanálisis sincero
y limpio llegamos a la conclusión que
muchas veces nuestros motivos son diversos y discutibles.
Conclusión: Cuando mantenemos el corazón
puro; es decir; la honestidad y humildad con la que hacemos las cosas, es
entonces que podemos ver a Dios. Nuestros motivos serán incondicionales, no pretenderemos
reconocimiento o prestigio, ni mucho menos un pago. Hacemos las cosas con la
sencillez de un alma limpia, sin buscar nada a cambio. Es entonces que vemos a
Dios no en la Gloria a partir de este mundo, sino que en este mundo lleno de
maldad es donde veremos a Dios.
Aplicación: ¿Qué placer seria
para el de corazón impuro, que solo anhela ganancias y prestigio ver a Dios? ¿Qué
gozo encontrarían en el cielo los que
solo anhelan los bienes terrenales?
Debemos orar como David en el salmo 51:10 crea en mi
oh Dios un corazón limpio.
Cuando venimos a Cristo, eso
es precisamente lo que hace. Limpiar
nuestro corazón.
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