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Pastores: Elias y Myrna Martinez

Ahora dice el Señor a su pueblo: "Ya no recuerdes el ayer, no pienses más en cosas del pasado. Yo voy a hacer algo nuevo, y verás que ahora mismo va a aparecer. Voy a abrir un camino en el desierto y ríos en la tierra estéril. Isaias 43:18, 19

lunes, 22 de septiembre de 2014

JESÚS, EL HACEDOR DE MILAGROS



Pasaje bíblico:
Éxo 15:26  y dijo: Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré a ti; porque yo soy Jehová tu sanador.
Objetivos:
·         invitar personas que no conocen al señor, para que por medio de las sanidades y milagros, tengan testimonio de su existencia y lo puedan hacer el Señor de sus vidas.
·         Hacer la voluntad de Dios, que es sanar a todo aquel que este enfermo.
·         Motivar a los líderes para que incrementen su fe.
Introducción: al mirar las escrituras, vemos los milagros y las sanidades hechas por Jesús; y a veces, nos preguntamos si esto pudiera suceder por medio de nosotros también. Pues quiero recordarle que Jesús dijo que aún cosas más grandes haríamos nosotros en su Nombre. El desea sanarnos, más de lo que nosotros lo deseamos. ¡Lo que tenemos que hacer es pedir!, como lo vemos en el siguiente pasaje bíblico.
Luc 5:12  Sucedió que estando él en una de las ciudades, se presentó un hombre lleno de lepra, el cual, viendo a Jesús, se postró con el rostro en tierra y le rogó, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme.
Luc 5:13  Entonces, extendiendo él la mano, le tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y al instante la lepra se fue de él.
El poder de Dios estaba en Jesús para sanar y hacer milagros; de la misma forma que, por su favor y su gracia, ese poder esta hoy en nosotros. Lo único que lo impide es que no le creemos lo suficiente como para que se manifieste. Tampoco tenemos la perseverancia que se requiere para alcanzar la sanidad o el milagro que deseamos, y que, de pos si, ya nos pertenece. Jesús nunca dejo un caso sin esperanza. Hay esperanza para todo el que puede creer, pues el andaba por fe y no por vista (como debemos andar nosotros hoy). No nos deben importar las críticas, solo hacer lo que esté a nuestro alcance para que la voluntad de Dios sea manifestada en nuestras vidas. Veamos el siguiente caso:
Mar 3:3  Entonces dijo al hombre que tenía la mano seca: Levántate y ponte en medio.
Mar 3:4  Y les dijo: ¿Es lícito en los días de reposo[b] hacer bien, o hacer mal; salvar la vida, o quitarla? Pero ellos callaban.
Mar 3:5  Entonces, mirándolos alrededor con enojo, entristecido por la dureza de sus corazones, dijo al hombre: Extiende tu mano. Y él la extendió, y la mano le fue restaurada sana.
Como podemos ser sanos?
La sanidad de Dios puede ocurrir de muchas formas. Lo más importante es tener fe en Dios para recibirla. Al leer el caso de la mujer de flujo de sangre, podemos observar muchos detalles que nos harán reflexionar al respecto.
Luc 8:43  Pero una mujer que padecía de flujo de sangre desde hacía doce años, y que había gastado en médicos todo cuanto tenía, y por ninguno había podido ser curada,.
Muchas veces, acudimos a varias fuentes antes de ir a la que verdaderamente nos puede ofrecer la sanidad; no es la intención decir que los médicos no sirven, claro que sí, pero ellos trabajan con métodos de humana sabiduría, la cual tiene un punto límite donde, muchas veces, tienen que reconocer que no hay nada más que puedan hacer. Pero Dios tiene una infinita sabiduría y poder, lo cual nos permite obtener la victoria sobre toda enfermedad.
Luc 8:44  se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto; y al instante se detuvo el flujo de su sangre.
Esta mujer tenía perseverancia y fe; pues, ¿usted se puede imaginar llegar en esta condición y atravesar todo un tumulto de gente para llegar a donde Jesús estaba? Obviamente, ella estaba perseverando porque tenía la fe suficiente en que, si tocaba a Jesús iba a ser sanada.
Luc 8:45  Entonces Jesús dijo: ¿Quién es el que me ha tocado? Y negando todos, dijo Pedro y los que con él estaban: Maestro, la multitud te aprieta y oprime, y dices: ¿Quién es el que me ha tocado?
Luc 8:46  Pero Jesús dijo: Alguien me ha tocado; porque yo he conocido que ha salido poder de mí.
Cuando estamos dispuestos a recibir la sanidad, el poder de Dios es innegable para nosotros. La sanidad puede venir de cualquier forma, por ejemplo: en medio de una predicación, cuando se alaba a Dios, por medio de una persona, a través de la imposición de manos, a través de un objeto ungido, entre nosotros. Pero, siempre debemos tener en cuenta que el que da la sanidad es Dios y no el medio que El utilizo.
Luc 8:47  Entonces, cuando la mujer vio que no había quedado oculta, vino temblando, y postrándose a sus pies, le declaró delante de todo el pueblo por qué causa le había tocado, y cómo al instante había sido sanada.
En todo momento debemos dar gracias a Dios y testificar lo que Él ha hecho en nuestras vidas. Después de que usted sea sanado, debe darle toda la gloria y la honra a Él y nunca olvidar lo que hizo por usted.





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