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Pastores: Elias y Myrna Martinez

Ahora dice el Señor a su pueblo: "Ya no recuerdes el ayer, no pienses más en cosas del pasado. Yo voy a hacer algo nuevo, y verás que ahora mismo va a aparecer. Voy a abrir un camino en el desierto y ríos en la tierra estéril. Isaias 43:18, 19

lunes, 28 de julio de 2014

LA CONTIENDA
Pasaje bíblico:
1Co 1:10  Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer.

     Versículo para memorizar:
     Pro 26:20  Sin leña se apaga el fuego,
     Y donde no hay chismoso, cesa la contienda.

       Objetivos:
     ·         Aprender que es la contienda y todo lo que implica.
     ·         Saber cómo afecta la contienda en la vida de una persona.
     ·         Conocer cuál es la característica fundamental de una persona que se siente hijo (a) de la casa.
Introducción:
Si somos creyentes nacidos de nuevo, usted se a preguntado: porque hay tantos pleitos, chismes y celos entre nosotros? ¿Acaso, no somos gente buena que ama a Dios y desea agradarlo y que amamos también, a nuestros hermanos? ¿Por qué tantas contiendas en el pueblo de Dios si vamos a estar juntos en el cielo? Estas son, preguntas que debemos hacernos cada vez que vayamos a ser parte de una contienda; pues en la mayor parte de los casos, nos convertimos en instrumento del enemigo para dividir al pueblo de Dios y obstaculizar sus planes. Por esto, en el día de hoy, vamos a aprender porque no debemos ser parte de las contiendas.
El mensaje de hoy: la contienda.
¿Cuáles son los dos tipos de creyentes que sobresalen en el cuerpo de Cristo?
v  Carnales: estos son los que generan contiendas en una iglesia.
v  Espirituales: estos son los que siempre están tratando de acabar con las contiendas y de servir a Dios en unidad.
¿Quién es un creyente carnal? Es aquel que ha nacido de nuevo, pero todavía es controlado por sus deseos, sus pasiones y su voluntad, y no por el Espíritu Santo.
Santiago 4:1
¿De dónde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones, las cuales combaten en vuestros miembros?
Quien es un creyente Espiritual? Es aquel que tiene la habilidad de discernir y juzgar de acuerdo al Espíritu, y sus acciones están controladas y sometidas a la voluntad de Dios en su vida.
1 Corintios 3:1
De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo.
Cuando hay contiendas en un lugar, debemos tener presente que también encontraremos celos, envidias, y chismes. Y       que todo esto genera un daño; no solo para la persona que tiene estos sentimientos, sino para la persona en contra de la cual se tiene.
¿Cuál es la raíz de la contienda?
La soberbia. Una persona que tiene soberbia, va a producir contiendas.
Pro 13:10  Ciertamente la soberbia concebirá contienda;
 Más con los avisados está la sabiduría.
¿Qué es la soberbia? Es la ira expresada con rabia, acompañada de sentimientos de desprecio y sarcasmo.
Pro 15:18  El hombre iracundo promueve contiendas;
 Más el que tarda en airarse apacigua la rencilla.
¿Quién es una persona soberbia? Es aquella que exagera facultades que no tiene, y tiene una estimación excesiva de sí misma y menosprecia a los demás.
¿Por qué la envidia y la codicia hacen parte de la contienda?
ü  La envidia carcome los huesos.

Pro 14:30  El corazón apacible es vida de la carne;
 Más la envidia es carcoma de los huesos.
Ecl 4:4  He visto asimismo que todo trabajo y toda excelencia de obras despiertan la envidia del hombre contra su prójimo. También esto es vanidad y aflicción de espíritu.

ü  La codicia ciega el entendimiento y hace que la persona hable más de la cuenta para conseguir lo que quiere por medio del chisme.

Pro 26:20  Sin leña se apaga el fuego,
 Y donde no hay chismoso, cesa la contienda.
Por esto se podría decir que donde hay chisme se encuentra satanás.

La sutileza del chisme y la contienda.
Pro 6:16  Seis cosas aborrece Jehová,
 Y aun siete abominan su alma:
Pro 6:17  Los ojos altivos, la lengua mentirosa,
 Las manos derramadoras de sangre inocente,
Pro 6:18  El corazón que maquina pensamientos inicuos,
 Los pies presurosos para correr al mal,
Pro 6:19  El testigo falso que habla mentiras,
 Y el que siembra discordia entre hermanos.

La contienda es una “puerta” para que el enemigo entre.
Stg 3:16  Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa.
Aunque las contiendas sean una puerta para que el enemigo entre a un lugar o a la vida de una persona, a su vez, también nos permiten determinar quiénes son los creyentes carnales y quienes son los creyentes espirituales. Debido a que un creyente que es espiritual puede demostrar su fidelidad durante la contienda porque en vez de agrandar el problema lo apacigua. Las contiendas, también nos permiten determinar si hemos cambiado algunas áreas de nuestra vida o no. Esto es, si sabemos manejar la situación con sabiduría, si buscamos la paz o si, en cambio, le echamos más leña al fuego, generando aún más contienda.
El creyente que es espiritual, por lo general, tiene sentido de pertenencia, se siente hijo de la casa y recibe, con el corazón, la corrección que se le hace. Una característica que no podemos pasar por alto es, que el hijo tiene la gracia para cubrir las faltas del pastor y de los hermanos; y no solo eso, sino que, los apoya en oración y no divulga sus faltas.
Rom 15:1  Así que, los que somos fuertes debemos soportar las flaquezas de los débiles, y no agradarnos a nosotros mismos.
Rom 15:2  Cada uno de nosotros agrade a su prójimo en lo que es bueno, para edificación.
Rom 15:3  Porque ni aun Cristo se agradó a sí mismo; antes bien, como está escrito: Los vituperios de los que te vituperaban, cayeron sobre mí.

Cuando nuestra relación con alguna persona no anda bien, hay alguna duda o mal entendido, es necesario arreglarlo; de lo contrario, estamos desobedeciendo a Dios y estamos pecando contra Él.
Como lo mencionamos anteriormente, el daño que se ocasiona perjudica más a la persona que abre su boca para hablar de alguien que a la persona de la cual se habla.
Veamos algunas de las consecuencias que recibe la persona que anda en discordia:
1.      Sus oraciones Dios no las escucha.
2.      Sus ofrendas no son recibidas.
3.      La persona que critica a otra empieza a practicar lo mismo que critica.
4.      Se crea una muralla espiritual que ninguna de las dos personas puede atravesar (a no ser que hablen, se pidan disculpas y le pidan perdón a Dios por su actitud). En la mayoría de los casos, no se pueden mirar a los ojos. Recuerde que una exhortación conlleva instrucción, ánimo, corrección y amor, si usted quiere dialogar con la persona para limar toda aspereza.





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