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Pastores: Elias y Myrna Martinez

Ahora dice el Señor a su pueblo: "Ya no recuerdes el ayer, no pienses más en cosas del pasado. Yo voy a hacer algo nuevo, y verás que ahora mismo va a aparecer. Voy a abrir un camino en el desierto y ríos en la tierra estéril. Isaias 43:18, 19

martes, 26 de agosto de 2014

LA FE QUE NO PUEDE SER PROBADA, ES UNA FE EN LA QUE NO SE PUEDE CONFIAR

        Pasaje bíblico: 1Pe 1:6  En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas,
      1Pe 1:7  para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo,
      Versículo para memorizar: Isa 41:10  No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.
Objetivos:
·         Reconocer que para llegar a mayores niveles en Dios, necesitamos que nuestra fe sea probada.
·         Concientizarnos de que el proceso para llegar al palacio, no es fácil, no hay atajos y no podemos desmayar a mitad de camino, porque perderemos nuestro sueño.
Introducción: para que Dios nos confíe todo lo que él quiere darnos, es necesario que nuestra fe sea probada. Y esto, con el fin de que podamos retener las bendiciones que Dios nos tiene preparadas para nosotros. Por eso, no debe extrañarnos que, cuando todo parezca estar bien, de repente lleguen situaciones que lo cambian todo; pues, si queremos resultados diferentes y mejores, tiene que haber un cambio. Para que podamos recibir una mayor bendición, unción y un mayor nivel espiritual, hay muchas áreas de nuestra vida que tienen que transformarse y fortalecerse para recibir lo que esperamos de Dios; pero, este proceso no puede llevarse a cabo sin pruebas y tribulaciones.

¿Cuando es probada nuestra fe?
Luc 22:31  Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo;
Luc 22:32  pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos.
Pedro acaba de hacer un compromiso con Jesús de nunca traicionarlo, abandonarlo, ni dejarlo, sin saber que ese compromiso pronto iba a ser probado; pues el enemigo lo había pedido para zarandearlo como a trigo. Esta analogía nos permite entender porque era necesario que pedro fuera zarandeado. En aquel tiempo, el trigo se pasaba por un proceso de purificación; proceso que era llevado a cabo con la ayuda de un colador, para que todo lo malo, como las piedras y las impurezas, se pudieran desechar y quedara únicamente el trigo.
Cada vez que usted hace un compromiso con Dios de ofrendar, orar, evangelizar, servir de cualquier otra cosa, el diablo prueba ese compromiso para ver si es solo de palabra o de verdad.
Un principio acerca de la fe que es probada, es el siguiente:
No hable mal de su crisis, no maldiga la situación, porque esto lo puede estar empujando hacia la promoción.
Gen 37:3  Y amaba Israel a José más que a todos sus hijos, porque lo había tenido en su vejez; y le hizo una túnica de diversos colores.
Gén 37:4  Y viendo sus hermanos que su padre lo amaba más que a todos sus hermanos, le aborrecían, y no podían hablarle pacíficamente.
Gén 37:5  Y soñó José un sueño, y lo contó a sus hermanos; y ellos llegaron a aborrecerle más todavía.
Gén 37:6  Y él les dijo: Oíd ahora este sueño que he soñado:
Gén 37:7  He aquí que atábamos manojos en medio del campo, y he aquí que mi manojo se levantaba y estaba derecho, y que vuestros manojos estaban alrededor y se inclinaban al mío.
Gén 37:8  Le respondieron sus hermanos: ¿Reinarás tú sobre nosotros, o señorearás sobre nosotros? Y le aborrecieron aún más a causa de sus sueños y sus palabras.
Gén 37:9  Soñó aun otro sueño, y lo contó a sus hermanos, diciendo: He aquí que he soñado otro sueño, y he aquí que el sol y la luna y once estrellas se inclinaban a mí.
Gén 37:10  Y lo contó a su padre y a sus hermanos; y su padre le reprendió, y le dijo: ¿Qué sueño es este que soñaste? ¿Acaso vendremos yo y tu madre y tus hermanos a postrarnos en tierra ante ti?
Gén 37:11  Y sus hermanos le tenían envidia, más su padre meditaba en esto.

La túnica de diversos colores representa una etapa en la vida de José durante la cual él tenía posición, pero sin madurez (mucho colorido, pero poco fruto). En esta etapa, José era el preferido del padre. Esta es la etapa del creyente donde confía más en la posición que ejerce que en Dios.
¿Porque a José lo odiaban sus hermanos?
1.      Ellos sabían que el sueño de José se iba a cumplir.
De igual manera, cuando las personas conocen nuestros sueños, y ven la gracia y el favor de Dios sobre nosotros, reciben la certeza de que estos sueños son de Dios y que se van a llevar a cabo. Por eso es que, la mayoría de las veces, se preocupan y sienten celos y envidias. De lo contrario, no se preocuparían. Una de las cosas que muchas personas no resisten, es el éxito de otros.
2.      Porque el rompió el sistema o el ciclo normal de funcionamiento de la familia.
Todos los hermanos de José eran trabajadores del campo, sembradores, criadores de ovejas y ganado. Ninguno de sus hermanos o antepasados había logrado escalar a grandes puestos en el gobierno, en la política, en la universidad o en los negocios.
Todos se quedaron como simples agricultores; eran conformistas, personas promedio, que no tenían mayores aspiraciones en la vida. Por eso, sentían envidia de cualquier logro de los demás; porque les recordaba que ellos no tenían el valor de salirse de su situación rutinaria. José rompió con este ciclo, con este molde, porque recibió un sueño de Dios: ¡ser el primer ministro de Egipto! Cuando alguien tiene un sueño, es criticado, envidiado, rechazado y tratado injustamente; hasta recibe la traición de personas que nunca se hubiera imaginado que podía fallarle así. Lo llamaran soñador, controversial, la oveja negra, el problemático, el fanático, el orgulloso: “que se cree”, “que recuerde de donde viene”, “eso nunca lo ha logrado nadie en la familia”. ¡Usted rompió el molde!
“Gén 37:19  Y dijeron el uno al otro: He aquí viene el soñador.”
La gente va a querer robarle el sueño; sin embargo, aunque le roben la ropa, la casa, el carro o cualquier otra cosa, no se deje robar el sueño. No maldiga su crisis, pues esta lo puede estar llevando a la promoción.
Gén 37:31  Entonces tomaron ellos la túnica de José, y degollaron un cabrito de las cabras, y tiñeron la túnica con la sangre;
Gén 37:23  Sucedió, pues, que cuando llegó José a sus hermanos, ellos quitaron a José su túnica, la túnica de colores que tenía sobre sí;
Gén 37:24  y le tomaron y le echaron en la cisterna; pero la cisterna estaba vacía, no había en ella agua.
José padeció durante muchos años injustamente, pero nadie pudo robarle el sueño de su padre Celestial.
El hecho de estar atravesando una crisis en su vida, no significa que usted este fuera de la voluntad de Dios. Por esto, es muy importante que no nos demos por vencidos. Dios tenía una posición para José, él estaba en la perfecta voluntad de Dios, pero tenía que madurar.
Cuando somos tratados injustamente, Dios nos pone en una posición para bendecirnos, siempre y cuando manejemos el maltrato correctamente. Cuando somos tratados incorrectamente, no tenemos que defendernos, justificarnos o devolver la crítica, si lo hacemos, no recibiremos la bendición.
Llevado, pues, José a Egipto, Potifar oficial de Faraón, capitán de la guardia, varón egipcio, lo compró de los ismaelitas que lo habían llevado allá.
Gén 39:2  Mas Jehová estaba con José, y fue varón próspero; y estaba en la casa de su amo el egipcio.
Gén 39:3  Y vio su amo que Jehová estaba con él, y que todo lo que él hacía, Jehová lo hacía prosperar en su mano.
Gén 39:4  Así halló José gracia en sus ojos, y le servía; y él le hizo mayordomo de su casa y entregó en su poder todo lo que tenía.
Gén 39:5  Y aconteció que desde cuando le dio el encargo de su casa y de todo lo que tenía, Jehová bendijo la casa del egipcio a causa de José, y la bendición de Jehová estaba sobre todo lo que tenía, así en casa como en el campo.
Gén 39:6  Y dejó todo lo que tenía en mano de José, y con él no se preocupaba de cosa alguna sino del pan que comía. Y era José de hermoso semblante y bella presencia.
Gén 39:7  Aconteció después de esto, que la mujer de su amo puso sus ojos en José, y dijo: Duerme conmigo.
Gén 39:8  Y él no quiso, y dijo a la mujer de su amo: He aquí que mi señor no se preocupa conmigo de lo que hay en casa, y ha puesto en mi mano todo lo que tiene.
Gén 39:9  No hay otro mayor que yo en esta casa, y ninguna cosa me ha reservado sino a ti, por cuanto tú eres su mujer; ¿cómo, pues, haría yo este grande mal, y pecaría contra Dios?
Gén 39:10  Hablando ella a José cada día, y no escuchándola él para acostarse al lado de ella, para estar con ella,
Gén 39:11  aconteció que entró él un día en casa para hacer su oficio, y no había nadie de los de casa allí.
Gén 39:12  Y ella lo asió por su ropa, diciendo: Duerme conmigo. Entonces él dejó su ropa en las manos de ella, y huyó y salió.

Después de esto, José es enviado a la cárcel, pero después que pasa este proceso, asciende a gobernador (pasa de la cisterna al palacio)
Gén 41:40  Tú estarás sobre mi casa, y por tu palabra se gobernará todo mi pueblo; solamente en el trono seré yo mayor que tú.
Gén 41:41  Dijo además Faraón a José: He aquí yo te he puesto sobre toda la tierra de Egipto.
Gén 41:42  Entonces Faraón quitó su anillo de su mano, y lo puso en la mano de José, y lo hizo vestir de ropas de lino finísimo, y puso un collar de oro en su cuello;
Gén 41:43  y lo hizo subir en su segundo carro, y pregonaron delante de él: ¡Doblad la rodilla!; y lo puso sobre toda la tierra de Egipto.
Al llegar al palacio o al cumplimiento del sueño, Dios da dos unciones:
ü  La unción para olvidar.
Gén 41:51  Y llamó José el nombre del primogénito, Manasés; porque dijo: Dios me hizo olvidar todo mi trabajo, y toda la casa de mi padre.
Para dar a luz un sueño, tiene que olvidar primero el dolor, las traiciones, las ofensas, el maltrato, etc. Pues la verdadera madurez espiritual viene cuando usted obedece en medio de la tormenta.
ü  La unción para fructificar (en la tierra de su aflicción).




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